Una muerte no anunciada

Una muerte no anunciada

Willie Nieves ingresó a un hospital de San Juan, Puerto Rico, el domingo 21 de marzo y murió el miércoles 24 de complicaciones hepáticas. Sus restos fueron cremados. Así de simple. Saber del fallecimiento de un viejo amigo a través de un terso correo electrónico que llega de tercera mano una semana después de la ocurrencia nos revuelca muchas cosas por dentro. Tratamos de recolectar recuerdos, datos, fechas, pero ¿Cómo se hilvanan cuatro décadas de luchas y esfuerzos en cuatro horas?

Willie Nieves, amigo y vecino en El Barrio por muchos años, fue un líder y mentor estudiantil, promotor del arte y la cultura latinoamericana en general y puertorriqueña en especial. Fue un luchador incansable por su comunidad en términos de recibir servicios y derechos.

Nació en Utuado, Puerto Rico, y a pesar del tiempo y la distancia siempre se mantuvo apegado a su isla y a sus luchas pro independencia política.

En los años sesenta sirvió con los Cuerpos de Paz en Colombia y en Nueva York fundó la Unión de Estudiantes Puertorriqueños en City College. En 1968, lidereo a los estudiantes que protestaban demandando la creación de un departamento de estudios puertorriqueños en ese recinto universitario. Willie lanzó un ladrillo a una ventana pero tenía mala puntería y no rompió nada. Aun así la policía lo persiguió y cuando estaba a punto de arrestarlo, un joven abogado se interpuso diciendo que Willie era su cliente y qué cuales eran los cargos. Ese abogado era Geraldo Rivera y logró que no arrestaran a Willie ese día.

De guerrillero urbano luego pasó a trabajar dentro del sistema, donde ejerció varios cargos en el gobierno de la ciudad, entre ellos asistente especial del Alcalde Dinkins y antes como director asistente del Community Development Agency.

Uno de sus trabajos más queridos fue como director ejecutivo asistente de ASPIRA. Allí contribuyó a la capacitación de estudiantes latinos para ser futuros líderes en sus respectivas comunidades.

En la década de los ochenta fundó el centro cultural y “café de jangueo” El Caney del Barrio, en el segundo piso encima de los cuchifritos en plena Calle 116. Allí logró presentar artistas locales y grandes estrellas de la canción, como Pablito Milanés.

Sus contribuciones son extensas y me desespera no recordarlas todas y me asalta el temor de que con el paso del tiempo una importante parte de nuestra historia neoyorquina va desapareciendo sin apenas dejar huellas, excepto en el alma de aquellos que la vivieron.

Por otro lado, lo esquemático de la noticia me hace dudar de su veracidad. Me digo, esto quizás sea una broma de Willie, quien tenía una excelente sangre fría para tomarle el pelo a los amigos. Quizás mañana, pienso, llegue otro e-mail con un breve mensaje del mismo Willie: “Don’t cry for me Argentina…. April’s Fool!” o copia de una carta al editor parafraseando a Mark Twain: “Señores, las crónicas de mi muerte anunciada son una exageración. Exijo una retracción.”

Ojala que llueva café en el campo….

One thought on “Una muerte no anunciada

  1. Ojala que sea una broma!!! Por el amor de Dios!!!
    Wille es una persona que siempre la tengo presente, pues es una persona muy importante en mi desarrollo com profesional. El influyo mucho en mi conciencia politica, cultural y social, cuando era estudiante en Aspira en los principios de los ’80. Espero oir de Willie, pues no creo lo que lei.

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